viernes, 28 de octubre de 2011

¿Qué es la "crisis de las puntocom"?

En uno de los primeros post de este blog hablábamos de la supervivencia de algunas empresas, como Amazon y Ebay, a la crisis de las puntocom. Pero ¿en qué consistió exactamente esta crisis y de qué forma afectó al modelo de desarrollo de los negocios en Internet?

Entre los años 1997 y 2001 los valores económicos de un nuevo grupo de empresas  basadas en Internet no pararon de crecer. Pero muchas de estas empresas eran apenas proyectos de negocios que se formaban como empresas para aprovechar el exceso de financiación  mediante el capital de riesgo que por aquella época existía para este tipo de compañías:  los capitalistas de riesgo apostaba a que el crecimiento y el éxito de las empresas se vería rápidamente recompensado por el aumento en las cotizaciones de sus títulos. Así, la corriente especulativa supuso el auge del valor de sus acciones, pero con el paso del tiempo estas empresas quebraron y dejaron de funcionar.

En los años anteriores al desplome de la bolsa electrónica, los mercados financieros habían sufrido una transformación marcada por el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación que permitían la globalización de los mercados y su intercomunicación, creando un mercado global e independiente que funciona a través de las redes informáticas y a tiempo real. Estas transformaciones generarán nuevas reglas que proporcionan el capital necesario para financiar nuevos proyectos.
El auge de las empresas puntocom situaría al Nasdaq (la bolsa de valores electrónica estadounidense) como rival de la bolsa de acciones de Nueva York (NYSE), con una gran cantidad de lanzamientos de empresas a Oferta Pública de Venta, mientras se fortalecía el uso de herramientas como las opciones sobre acciones y el aumento del valor de las acciones.  A partir de la caída del Nasdaq en el año 2001 las expectativas pasaron a ser desfavorables y los capitales huyeron tan rápido como habían llegado, provocando el estallido de la burbuja:  las empresas puntocom comenzaron los cierres, las fusiones, las adquisiciones y los despidos.

Un año después el Nasdaq aún cotizaba por debajo de los 2.000 puntos (con valores similares al del año 1996), arrastrado por la caída de empresas más sólidas como Intel o Cisco Systems. Año y medio después, el Nasdaq marcó un mínimo de 1.114 puntos, llegando a perder cerca del 80% de sui valor. Entre los años 2000 y 2003 desaparecieron 4.854 compañías  virtuales, bien por fusión o por quiebra. Algunas empresas consiguieron mantenerse (especialmente los servicios de banca y empresas como Ebay mediante su asociación con Paypal), demostrando que la valoración de las empresas en Internet no era, al fin y al cabo, sostenible debido a la sobrevaloración del valor por su origen especulativo y demostrando la necesidad de una corrección en el mercado.
El mercado perdió cinco billones de dólares en dos años, con casos de quiebra tan llamativos como Boo.com (gastó 188 millones de dólares en seis meses creando una gran infraestructura de moda online para quebrar en mayo del 2000), el fiasco de la compra de GeoCities por Yahoo (comprada en 1999 por 3.5000 millones para terminar cerrando apenas diez años después) o eToy’s (con un precio de acción de 80 dólares en 1999, en menos de un año declaró su quiebra con un precio por debajo del euro)

En España, la crisis tardó más en llegar pero sus efectos fueron igual de devastadores. Un año después del desplome en EEUU, Jazztel caía un 16% pocos minutos después de que un accionista de deshiciera de todos sus títulos, tal y como indica este artículo de ELPAÍS.  Aún así, el ejemplo simbólico de la crisis de las puntocom en España es Terra, que cerró su actividad en 2005 tras seis años de polémicas: Terra salió en noviembre de 1999 a 11,81 euros y cerró a 37 ese mismo ciclo ( lo que supone un avance de cerca del 190%). Los máximos, de unos 140 euros se dieron mientras se producía la crisis en EEUU, en febrero del 2000. En su última salida a bolsa, el valor de las acciones era de apenas 3 euros.

De este modo, la crisis de las puntocom demostró que es necesario que el dinero invertido se recupere en un plazo razonable (y no a un cortísimo plazo, como se esperaba), sin subestimar los complejos costos de distribución y logística y teniendo en cuenta la difícil comprobación de los efectos de la economía en la red.
La recesión desacreditó muchas de las predicciones de la Nueva Economía, pero el crecimiento posterior sería estimulado por una fuerte inversión en tecnologías de la información.  Hoy en día, las políticas de las empresas puntocom vuelven a surgir, pero con ideales empresariales más organizados. 

Alba Capilla Elena

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