En este nuevo post, vamos a volver a analizar un gran proyecto en la Red que acabó fracasando estrepitosamente. Se trata de Webvan. Webvan nace como el supermercado del siglo XXI, capaz de entregar la compra hecha por internet en 30 minutos.
Un año y medio después, en su último día en el Nasdaq, y después de intentar infructuosamente un reverse split de una acción nueva por cada 25 antiguas (la operación fue aprobada por los accionistas, aunque no pudo ser ejecutada), los títulos cerraron a 6 centavos de dólar. Y es que si su cuenta de ingresos relucía, aún lo hacía más la de gastos. En el primer trimestre de 2001, Webvan tuvo pérdidas por valor de 217 millones de dólares. En esas fechas, el agujero acumulado en su cuenta de resultados se elevaba a 830 millones de dólares. Los números no salían y los clientes, aunque enormemente satisfechos (alababan la rapidez de la entrega y la calidad de sus productos perecederos), no eran suficientes. En la zona de la Bahía de San Francisco y el condado de Orange, donde la penetración de Internet y por tanto la densidad de clientes eran mayores, la rentabilidad llegó a rozarse con los dedos.
Las arcas se han quedado vacías. Todo el dinero de Webvan (1.200 millones de dólares de financiación y una exitosa salida a Bolsa) se fue por el desagüe como consecuencia de unos ambiciosos planes de inversión y de los elevados costes de mantenimiento de unos modernos almacenes que hasta su cierre definitivo operaban por debajo de su umbral de rentabilidad y a años luz de capacidad máxima.
La caída de Webvan ejemplifica las dificultades que encuentran las compañías puramente online para desplazar a las tiendas de ladrillo de las preferencias de los usuarios. Más aún en el caso del sector de la distribución, donde la vinculación del cliente con su proveedor es muy estrecha.
En la actualidad el dominio webvan.com es parte de amazon.com y de su proyecto para vender alimentos por internet que en la actualidad ya funciona en Seattle mediante Amazon fresh.
Javier Pallardó Benavent
No hay comentarios:
Publicar un comentario